Infecciones de Transmisión Sexual en Jóvenes

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son muy comunes, especialmente en jóvenes de 15 a 24 años, altamente vulnerables debido a factores biológicos, conductuales y sociales. Muchos jóvenes desconocen los riesgos o no tienen acceso a servicios de salud sexual adecuados

En América Latina y el Caribe, 30 adolescentes y jóvenes entre personas de 10 a 19 años se infectan diariamente con VIH. Las ITS más comunes incluyen sífilis (muestra aumento alarmante), gonorrea, clamidia, tricomoniasis, herpes genital y VIH. 

Las ITS se transmiten principalmente por contacto sexual vaginal, anal u oral sin protección de preservativo o condón; la transmisión vertical de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia; compartir agujas u otros instrumentos contaminados (en el caso del VIH o hepatitis) y contacto con lesiones o secreciones infectadas.

Entre los factores que aumentan el riesgo de ITS en jóvenes se encuentran el inicio temprano de la vida sexual, las múltiples parejas sexuales, el uso inconsistente o incorrecto del preservativo, el consumo de alcohol y drogas, la falta de educación sexual integral y el estigma o quedar señalado y el miedo al diagnóstico.

Las mujeres jóvenes son más susceptibles a ciertas ITS debido a su anatomía y suelen ser sin malestar, lo que dificulta el diagnóstico y puede llevar a complicaciones graves como infertilidad, embarazo ectópico o fuera de lugar y el cáncer de cuello uterino. Las mujeres adolescentes siguen siendo más afectadas por el VIH debido a desigualdades de género, pobreza y falta de acceso a servicios de salud sexual. En hombres, algunas ITS como la gonorrea, que se observa por la secreción en el pene, presentan síntomas más evidentes, facilitando el diagnóstico temprano.

La prevención efectiva incluye la educación sexual integral desde edades tempranas, el uso correcto y constante del preservativo, la vacunación contra el VPH y hepatitis B, el acceso gratis a pruebas de detección regulares de VIH y sífilis, la promoción de relaciones sexuales responsables y consensuadas, distribución gratuita de anticonceptivos (condones, DIU, parches, etc.) en espacios amigables para jóvenes, servicios diferenciados y sin barreras legales para adolescentes, educación sexual integral y campañas de concienciación.

El diagnóstico oportuno temprano es clave para evitar complicaciones y se realiza con pruebas de laboratorio (PCR, cultivos, serologías), evaluación clínica de síntomas como secreciones, úlceras, dolor pélvico o genital, y búsquedas regulares en adolescentes sexualmente activos.

El tratamiento depende del tipo de ITS, puede ser antibiótico para infecciones bacterianas (clamidia, gonorrea, sífilis), antiviral para el herpes y el VIH, además de seguimiento clínico y tratamiento de parejas sexuales que evita la transmisión a otras personas, así como la consejería para reducir el estigma y mejorar la adherencia terapéutica.

No debe causar vergüenza, es un acto de responsabilidad y cuidado personal el buscar ayuda médica cuando existe secreción anormal del pene o la vagina (color, olor, cantidad), dolor o ardor al orinar, llagas, úlceras o ampollas en los genitales, ano o boca, picazón intensa o irritación en la zona genital y sangrado vaginal fuera del ciclo menstrual. También cuando exista fiebre sin causa aparente, dolor abdominal o pélvico intenso, especialmente en mujeres, dolor durante las relaciones sexuales, inflamación de ganglios linfáticos en la ingle o cuello, dolor testicular o escrotal, inflamación o enrojecimiento genital, dificultad para mantener relaciones sexuales por dolor o incomodidad.También si usted ha tenido relaciones sexuales sin protección (sin condón), múltiples parejas sexuales recientemente, contacto con una persona diagnosticada con una ITS y ha compartido agujas o instrumentos cortopunzantes, es hora de buscar apoyo médico.

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